Chile.-Comienza el otoño y Tomás González empieza a sufrir… Como a muchos deportistas, las menores temperaturas los afectan porque sus rutinas de entrenamientos deben ser con ropa muy liviana y en ambientes que no siempre son temperados.
“Sí, claro, se sufre un poco…”, dice, mientras retira sus vendas tras su diaria jornada en el gimnasio del Club Manquehue de Vitacura, que es su reducto desde hace tres años y donde trabajó intensamente para llegar a ser finalista en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, y lograr dos cuartos lugares en suelo y salto.
Desde entonces el más grande gimnasta de nuestra historia estaba ” low profile “… Salvo, cuando se conoció en enero que había puesto término a su vínculo con el entrenador cubano Yoel Gutiérrez, tema que de la partida prefiere no abordar. Al igual que todos aquellos que tengan que ver con su vida personal. “Yo soy deportista y hablo de deportes. No estoy para la farándula”.
Seguro en sus opiniones, González cuenta que volvió a retomar su carrera de kinesiología en la Universidad Finis Terrae. Sin contradicción vital alguna, remarca que -tras dos años de tenerla congelada por su preparación olímpica- “es lo que me gusta”.
En marzo volvió a las pistas en La Roche, Francia, en una jornada mundial donde no pudo pasar a las finales y logró dos sextos lugares.
-La Roche no tuvo los resultados esperados. ¿Cómo proyectas el resto del año?
-La Roche fue mi primera competencia del mundo categoría “A” y por su nivel solamente íbamos los finalistas olímpicos más los cuatro primeros del ranking de las copas “B”. Mi idea era probar mi rutina nueva con mayor dificultad para ir de a poco ajustándola hasta el evento principal de este año que es el Mundial de Gimnasia en Bélgica entre septiembre y octubre…
-¿Cuáles fueron esos errores?
-En La Roche tuve un pequeño error en suelo que no terminé un giro, un doble giro y medio, entonces ahí tuve medio punto de descuento en el valor de dificultad de mi rutina. Eso no me permitió estar en la final porque en las copas “A” son sólo cuatro los finalistas, generalmente son ocho, pero en estas son cuatro y terminé sexto.
-¿Lo ocurrido es una “transición” hasta alcanzar el nivel más alto?
-Al nivel que he logrado llegar, obviamente, que mi objetivo fundamental es el mundial. Lo que pasa es que hay un año olímpico y los tres siguientes es un mundial donde van los mejores y los países más fuertes. De manera que el nivel es el más difícil y estas competencias me sirven para tener más roce y comenzar a competir con ejercicios nuevos.
-¿Entonces, La Roche no hay que verla como que las cosas se estén haciendo mal…?
-No, para nada. Fue mi primera competencia importante desde los Juegos Olímpicos. Estaba súper nervioso, ansioso y si bien mi rutina fue muy buena, no completé bien ese giro que me penalizó medio punto que en una final es mucho, al igual que en salto, en que tuve una caída.
El “salto González”
-¿La nueva rutina sientes que la dominas bien y en cuánto tiempo hasta dejarla perfecta?
-Me estoy sintiendo cada vez más cómodo. Al principio estaba un poco más desorientado ya que con la anterior llevaba tres años compitiendo al grado que ya sabía como corregir algún leve error. Ahora, si bien me sentí más cómodo, como es tan difícil completar los dos giros y medio, los voy a reemplazar con dos giros mortales hacia delante. Te baja una décima en el valor de dificultad, pero tengo menos descuentos.
-¿Y a cuánto estamos del “salto González”?
-En el salto pasa lo mismo que en suelo. Si no completo el giro, me lo pueden contabilizar con medio punto de descuento o contar con dos giros y medio en vez de tres. El “salto González” estoy entrenándolo. Para esta copa de Francia me enfoqué más en suelo y decidí no prepararlo para esa copa. Para Portugal (junio) pretendo competirlo. Pero si en los controles previos no estoy registrando buenas notas, no me conviene, y prefiero no hacerlo todavía.
-Después del Mundial de Bélgica, habrá que pensar en los Juegos Suramericanos de marzo 2014 …
-A nivel país son mi principal objetivo. A los chilenos y al deporte chileno les va a servir mucho. A los deportistas nos motiva mucho ser locales y para los niños será un gran estímulo. Además que dejará infraestructura de primer nivel. Este año tendré esos torneos más un nacional adulto en agosto en Santiago y un suramericano de gimnasia en diciembre, también en la capital.
-¿Para los Suramericanos habrá previamente un trabajo especial?
-Dependerá de la federación que organice algo con otro país, aunque estaremos concentrados a nivel de equipo durante el verano. Mi idea en marzo en los juegos es sacar los mejores resultados para el medallero chileno.
-¿Quiénes integran hoy tu equipo de trabajo?
-Mi entrenador aquí en el Manquehue, Antonio Espejo, y mi kinesióloga que me ha acompañado en los últimos años en las competencias, Daniela Finger.
Juegos Olímpicos de Brasil 2016
-Pensando en los Juegos Olímpicos de Brasil 2016, ¿te ves en ellos?
-Me veo, pero quiero ir poco a poco… Fue tan intensa la preparación y haber podido llegar a Londres, que aparte del resultado que para mí fue lejos lo mejor que he logrado en toda mi carrera, fue tan intenso y desgastador que me voy planificando año a año. Un poco para evitar el estrés mental e ir gradualmente cumpliendo con los objetivos.
-Para esos juegos olímpicos vas a tener 30 años. ¿Es habitual gimnastas en nivel olímpico a esa edad?
-Sí, es habitual, pero depende de la especialidad. Obviamente que los mejores países tienen un recambio mucho más rápido con gimnastas nuevos en todos los ciclos olímpicos como China y que se explica por la gran población que tienen. Hay gimnastas de 36 años que han estado en finales en anillas. El campeón mundial del 2009, Marian Dragulescu, tenía 31 en suelo y salto. Dependerá de cada uno y de su estado físico.
Fin a la era con Yoel
-Cuando finalizaste tu relación con Yoel Gutiérrez, ¿en qué términos se dio?
-Lo que pasa que es algo absolutamente privado entre ambos…
-¿Pero fue un “divorcio” amistoso?
-No voy hablar de eso…
-¿Entonces, cómo te sientes hoy post Gutiérrez?
-Yo estoy comenzando una nueva etapa. Es difícil explicarle a la gente lo que yo sentí en Londres, y que me siento completamente realizado. Cuando uno se da cuenta que eso se acabó, y que ahora tengo que replantearme todo de nuevo, obviamente, que es un cambio drástico y fuerte que tengo que saber cómo sobrellevarlo y plantearme nuevos objetivos.
-Es decir, un “ajuste” sicológico, emocional y deportivo…
- Sí, totalmente; ahora volví a la universidad, he ido retomando mi vida más normal, entre comillas, porque sigo con el deporte y quiero continuar. Me sigue motivando lo que logré en Londres y sé que puedo seguir. Lo anterior fue un aprendizaje enorme, aprendí muchas cosas en lo que fue una meta demasiado alta y con mucho trabajo de por medio.
-¿Si tuvieras que escribir cómo está Tomás González, qué leería la gente?
-Leerían que estoy comenzando una nueva etapa y trabajando en un nuevo camino. Es como seguir en lo mismo, pero con otro ciclo olímpico completamente distinto. La situación presente mía es diferente a la anterior. Todo lo vivido y sus resultados me dan más confianza para comenzar este nuevo ciclo. Estoy más recargado y con más ganas que en la anterior fase.